Al inicio del descubrimiento de la homeopatía Hahnemann indicaba remedios para los síntomas puntuales de la enfermedad. Obtuvo en los comienzos resultados positivos especialmente en pacientes que no presentaban enfermedades crónicas relevantes.
Sin embargo a lo largo de su práctica, comenzó a reconocer que muchos pacientes crónicos no se curaban.
Esto lo llevó luego de años de trabajo y reflexión a incorporar un cambio substancial en su método: considerar las características de la totalidad del paciente, mas allá de los síntomas de la enfermedad. Esto implica contemplar las peculiaridades de su carácter, personalidad, hábitos generales, comportamiento de las distintas funciones orgánicas, en síntesis, del paciente en su conjunto. Toda condición peculiar del paciente aunque no estuviera vinculado aparentemente con la enfermedad pasó a tener relevancia para el diagnóstico del remedio a indicar.
A partir de este valioso cambio en el método se produjo un notable éxito en pacientes crónicos que antes no respondían al tratamiento, con la siguiente peculiaridad en la evolución: retornaban transitoriamente muestras de antiguas enfermedades sufridas, para luego dejarlo verdaderamente libre de síntomas. Estas antiguas enfermedades habían sido solo suprimidas pero no verdaderamente curadas.
La ley de curación es precisamente la contrapartida de la supresión, es decir cuando el remedio homeopático pone en marcha el proceso curativo genuino.
En el ejemplo planteado, la curación del asma dará probablemente paso a la aparición transitoria y pasajera de la rinitis, luego de lo cual el paciente estará libre de síntomas y curado verdaderamente.
Así como la supresión lleva el desequilibrio hacia dentro, afectando órganos cada vez mas importantes la ley de curación puesta en marcha por el remedio correcto hace el proceso inverso, lleva nuevamente a la superficie el desequilibrio, sacando lo que no sirve hacia fuera.
Junto a ello se observa un fenómeno lógico en una curación genuina: la mejoría del estado mental y emocional, clave de un verdadero cambio.
